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5 pueblos de cuento para visitar en la Val d’Aran

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Uno de los mayores atractivos turísticos de la Val d’Aran son los 33 idílicos pueblos que han conservado su autenticidad y pintoresca arquitectura tradicional. Constituyen pequeños enclaves de estrechas callejuelas empedredas, a menudo rodeados de frondosa naturaleza. Algunos se encuentran encaramados en montículos que permiten disfrutar de espectaculares panorámicas del valle. La vida aquí arriba transcurre tranquila y se respira una paz única.

Los pueblos araneses cuentan con los elementos imprescindibles para recrear bellos rincones que enamoran al visitante. Plazas con robustas iglesias románicas y góticas, casitas de piedra con techos de pizarra y balconadas de madera, serpenteantes ríos atravesados por puentecillos… Muchos todavía conservan antiguas piezas urbanísticas como lavaderos porticados, fuentes, abrevaderos, hornos o molinos, que encajan a la perfección en esta estética, ayudando a mantener su esencia original.

Formas de vida tradicionales como la ganadería, el cultivo de la tierra y antiguos oficios artesanos que todavía perviven en los pueblos del Aran, se han ido adaptando a las exigencias actuales generadas por el interés turístico. Así, poco a poco han incorporado infraestructuras, servicios y una oferta lúdica más moderna que convive con una deliciosa red de comercios, restaurantes y alojamientos con encanto y con las tradiciones populares en calles y plazas que animan tanto a lugareños como a visitantes.

Entre los más representativos se encuentran estos 5 que hemos seleccionado para este post:

Arties

Este “Pueblo con encanto” del Naut Aran, se extiende por la llanura donde confluyen los ríos Valarties y Garona, coronada por el espectacular pico del Montardo (2833 m). Sobre un pequeño promontorio destaca la iglesia parroquial de Santa María, declarada Bien Cultural de Interés Nacional, de base románica con torre campanario gótica e impresionantes pinturas renacentistas en su interior que decoran bóvedas y muros. Esta Navidad se han suspendido las visitas guiadas, aunque merece la pena acercarse para admirar su planta exterior.

El casco antiguo del pueblo cuenta con bellas casas renacentistas entre las que se encuentra Ço de Paulet, hoy integrada al parador de Turismo de Arties. La población sorprende también por las divertidas estatuas de vacas que forman parte de su mobiliario urbano.

En las afueras de Arties, a unos 10 minutos a pie por un camino peatonal, se encuentran las nuevas piscinas termales situadas junto al antiguo edificio de los originales baños de aguas sulfurosas que datan de 1817. En estos momentos están cerradas, pendiente de la limpieza del camino de acceso.

Bagergue

También en el Naut Aran, Bagergue es el pueblo más alto del Valle, situado a 1490m. de altitud. Con un casco antiguo formado por un entramado de casas de arquitectura popular con floridos balcones, ha sido declarado uno de los “pueblos más bonitos de España”. La población cuenta con el interesante museo Eth Corrau, con una colección de objetos relacionados con la actividad agrícola y ganadera tradicional, abierto solo en verano.

La iglesia parroquial de San Félix es de origen románico aunque fue ampliada posteriormente. Podéis visitarla estas fiestas, ya que estará abierta desde el 27 de diciembre al 6 de enero con entrada gratuita.

De recomendada visita es la quesería Hormatges Tarrau, donde se elaboran 5 especialidades de quesos artesanos. A un quilómetro hacia el norte de la localidad, remontando el río Unhola, se encuentra la ermita de Santa Margalida en un bello entorno de prados de pastoreo.

Bossòst

Esta población acoge uno de los más bellos ejemplares de la arquitectura románica aranesa, la iglesia dera Mair de Diu dera Purificación, declarada Bien Cultural de Interés Nacional. Desde la plaza de la iglesia se accede a la zona más antigua del pueblo, el barrio del Cap dera Vila, donde se encuentra un antiguo lavadero público.

Bossòst está atravesado por Eth Grauer, un bonito paseo arbolado que bordea el Garona, con casas afrancesadas, alrededor del cual suele haber mucha actividad comercial, bares y restaurantes.

Una de las curiosidades de esta localidad es la cervecería artesana Refu Birreria, donde se producen más de siete tipos diferentes de cerveza con el sello Marca de Garantía Val d’Aran.

Vielha

La capital de la Val d’Aran es una pequeña ciudad pirenaica situada a 974 m de altitud, en la confluencia del Garona y Nere. Estos ríos riegan la localidad dando lugar a pintorescos rincones de gran belleza.

El casco viejo de Vielha cuenta con el genuino sabor de las calles estrechas y casas antiguas por entre las cuales se encuentran restaurantes con encanto con una buena oferta culinaria. Recomendamos especialmente la ruta de pinchos en el corazón de la localidad.

En la plaza mayor se levanta la iglesia de Sant Miquèu, cuyo interior alberga una obra maestra estatuaria románica del siglo XII: el Cristo de Mijaran. Además, en Vielha se encuentra el Museo dera Val d’Aran (abierto en horario habitual), la casa señorial Ço de Rodès y la Fabrica dera Lan (abierta solo en verano).

Sus barrios nuevos cuentan con una amplia y variada oferta comercial, en especial tiendas de deportes de aventura, alta montaña y nieve, así como de productos artesanos. La capital es sede también del Palai de Gèu, un complejo deportivo de actividades indoor, en estos momentos abierto con restricciones de aforo, es necesario reservar (97 642 864).

Unha

Al pie del escarpado Pui d’Unha, y sobre un montículo, este pueblecito goza de espléndidas vistas del glaciar y picos de Matadeta. Es uno de los pueblos que mejor ha resistido el paso del tiempo, como lo demuestran su iglesia parroquial de Santa Eulària, de estilo románico, y las casas señoriales como Ço de Brastet (1580).

El pueblo alberga también el Musèu dera Nhèu, situado en Ço de Baile, otra casa de finales del siglo XVI, un centro temático único en Europa sobre el papel fundamental de la nieve en la vida cotidiana y en el desarrollo del Valle. Este museo estará cerrado del 22 al 25 de diciembre. A partir del 26 abrirá en su horario habitual (lunes, martes y miércoles de 10 a 13h; jueves, viernes y sábado, de 17 a 20h; domingo cerrado)

Merece la pena también dedicar unos instantes a visitar el molino harinero, muy bien conservado, situado a la entrada del pueblo.

Descarga aquí el folleto Pueblos de la Val d’Aran

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