Desde este pequeño pueblo vecino de Mont se puede disfrutar de una fantástica vista panorámica del verde y frondoso bosque de Baricauba y también de los picos, a menudo blancos, de Sarrahèra y Tuc Nere.
Su iglesia parroquial, dedicada a San Esteban, es de orígen románico, aunque ampliada y reformada en estilo gótico y barroco. De la época románica se conserva una bonita pila bautismal.
Destaca el pórtico monumental de entrada, de estilo barroco, que incorpora en la parte superior, dos elementos mucho más antiguos, como són una estela funeraria de época romana, bellamente labrada y un crismón románico.
Pero lo que más sorprende al visitante es el interior del edificio, decorado con pinturas murales del siglo XVIII, de intenso colorido, que representan diversos santos y episodios bíblicos.