Quizás la más entrañable de todas las aldeas del valle, en la que apenas hay censadas tres personas, después de que se haya recuperado de su total abandono en los años 80. La docena de casas del pueblo se restauraron respetando la arquitectura original. Su iglesia de origen románico está dedicada al santo que da nombre al pueblo. Este recóndito lugar es un buen punto para conseguir una de las fotos más pintorescas de nuestra comarca.
El valle de Torán tuvo una intensa actividad minera durante los siglos XIX y XX, Testimonio de esta es refugio de la Honeria, situado al fondo del valle y edificado junto a las ruinas de una antigua fundición de plomo.