El saludable clima de montaña, un entorno limpio y descongestionado, aguas termales medicinales, amplia oferta de actividades y terapias naturales, rutas de senderismo suave, productos de proximidad,… hacen de la Val d’Aran un enclave ideal para los que buscan un turismo de puro bienestar para restablecerse, ponerse en forma o, simplemente, un espacio para la meditación y la relajación.
En este valle atlántico de nuestros Pirineos brotan manantiales de aguas sulfurosas ricas en minerales a más de 30 grados, propiedades que las hacen excelentes para combatir enfermedades respiratorias, reumáticas y circulatorias. Auténticas curas de salud para cuerpo y mente a través de diferentes circuitos termales donde, además de eliminar toxinas, se disfrutan de espectaculares vistas desde lo más alto de nuestras montañas.
Más allá de la recuperación física, en los diferentes centros lúdico-medicinales del valle, especializados en bienestar mental, yoga y relajación se ofrecen terapias naturales y diversos programas para lograr el equilibrio físico y anímico. Su motivación es que el visitante conecte consigo mismo y con el medio natural para desintoxicarse, recargar pilas y regresar como una persona nueva.
Cascadas, lagos, bosques y circos glaciares
El entorno natural del Aran, que tiene el agua y la riqueza de especies vegetales como protagonistas, se suma a estas actividades incrementando los resultados de la experiencia. Ejemplo de ello son las impresionantes cascadas, los frondosos bosques de árboles milenarios y los circos glaciares de lagos. El más espectacular es el de Colomers, al que se accede desde los Bahns de Tredòs que, a 1740m., es el balneario más alto de Europa.
Estos paisajes con la naturaleza en estado puro, animan a la práctica de saludables actividades como el senderismo suave. Más de 550 km. de rutas señalizadas, donde cada uno puede marcarse la distancia y la intensidad del recorrido, permiten conocer, desde puntos de interés emblemáticos del destino, hasta sus lugares más salvajes e inhóspitos.
Un turismo de bienestar donde no puede faltar la sana cocina de montaña con fundamentos en recetas tradicionales. La gastronomía aranesa aprovecha la calidad de los recursos de la tierra con sus productos de proximidad que integran la, ya certificada, “Marca de Garantía Val d’Aran”. Desde el huerto, la caza y la pesca llegan los ingredientes dominantes de los platos locales que destilan frescura y sabor auténtico.
Primer destino de montaña en recibir la acreditación Biosphere, sin lugar a dudas, la Val d’Aran atesora un rico caudal para el desarrollo del turismo de bienestar. Ello tendrá su concreción el próximo otoño con la puesta en marcha de diversas iniciativas para incentivar su condición de destino saludable.